Casi roza la apología del delito. Dice todo, pero no dice nada. El aviso publicado en medios impresos de varias provincias del país llama a la alarma social, en algunos casos y a la intriga en la mayoría de ellos. “¿Embarazo inesperado? ¡Podemos ayudarte! Absoluta discreción. Consultas gratuitas. Santiago del Estero”. El texto, un número de celular y una dirección de correo electrónico son el “anzuelo” de la organización “Centros de Ayuda para la Mujer” para atraer a embarazadas y convencerlas —a través del trabajo en equipo de médicos, psicólogos y abogados— de que no aborten.
Algunas veces en la vía pública, adheridos a los postes de servicios públicos como en Buenos Aires, Mendoza y San Juan; y otras veces a través de publicaciones impresas como en nuestra provincia, la organización antiabortista despliega sus actividades en 20 países y se nuclea en la Red Latinoamericana de Centros de Ayuda para la Mujer (www.camslatinoamerica.org). La información proporcionada en la Web es contundente:
- ¿Qué es un CAM? El Centro de Ayuda para la Mujer (CAM) busca ayudar a la mujer embarazada que ha decidido abortar, para que opte libremente por la aceptación de su maternidad, a efectos de proteger y preservar su dignidad, logrando repercutir en su familia y en su entorno familiar.
- ¿Qué hacemos en la red Latinoamericana? Trabajamos en unidad con los Centros de Ayuda para la Mujer, con la finalidad de salvar vidas del aborto en toda América Latina; todo mediante el intercambio de experiencias e información, para consolidar el crecimiento de la cultura de la vida.
En nuestro país desarrolla actividades en las provincias de Buenos Aires, Mendoza, San Juan, Córdoba, Jujuy, Salta, Tucumán y Santiago del Estero. En nuestra provincia, la representante de la ONG es Liliana Gerez.
La experiencia en el país
El formato del aviso publicitario promovió la opinión social en provincias como Buenos Aires, Neuquén y Mendoza con anterioridad a Santiago del Estero. En los casos mencionados, la indignación y la suposición de que se promocionan prácticas abortivas fueron el común denominador, al punto tal que en Mendoza, por ejemplo, intervino la Justicia del Crimen por una denuncia pública y luego la desestimó tras las aclaraciones del titular de la organización en esa provincia: “No realizamos abortos, todo lo contrario, procuramos defender la vida desde la concepción y ayudamos a las embarazadas a no abortar”, manifestó el doctor Raúl Anchelerguez a MDZ, un medio de comunicación mendocino.
En la entrevista, ante la consulta sobre de qué se trata CAM, Anchelerguez fue conciso en indicar que “nosotros tenemos la libertad de pedirle a la persona interesada autorización de pasarle un video donde ella va a poder ponerse en contacto con otra versión sobre el aborto. No con la versión triunfalista de que el aborto no le va a dejar secuelas ni problemas, sino que desde el punto de vista físico y desde el punto de vista espiritual nosotros le vamos a explicar que quedan secuelas para toda la vida. A través del video, se va a poner en contacto a la mujer con personas que hacen o se realizaron abortos para que se vea lo que es destrozar a un niño en el seno materno”.
Las estadísticas que brinda la red son alarmantes. Sólo en el año 2013 atendieron a 25.831 mujeres con la intención de abortar, la mayoría de ellas solteras y de entre 20 y 25 años.
Develado el misterio: La publicidad —audaz y hasta engañosa— que promete una solución ante un embarazo inesperado es real. Pero no pasa por prácticas abortivas, sino por la protección de la vida y el apoyo a la mujer en estado de gravidez mediante mecanismos de contención de una red que trabaja con equipos interdisciplinarios en 20 países del mundo.
¿El fin justifica los medios? En apariencia sí. Las estadísticas indican que el “tono” de la “promo” ha inducido a muchísimas mujeres a asistir a las consultas gratuitas de los Centros de Ayuda en todo el país.
