Dardo del Valle Gómez, el hijo del “Patriarca de la copla”, escribió para Nuevo Diario un texto, en el quinto aniversario de la muerte de su padre.
“La obra de mi papá va recorriendo muchísimas instancias en el derrotero nacional y fuera del país y esto nos ha mantenido en un trabajo constante en estos cinco años que han pasado desde su partida”, comienza diciendo.
Y agrega: “Su obra constituía desde el monte de Coro Pampa la misma tierra donde ejerció su acción Mama Antula. Una coincidencia inmensa a quien mi papá quería mucho y había trabajado en su obra. Toda esa significación está vigente, la Copla Parda, como la posibilidad de perpetuar un conocimiento, un pensamiento a través de la copla popular. Obviamente es el legado más contundente de la obra de mi padre, lo folclórico que ha constituido también el primer círculo de acercamiento de su obra, como una posibilidad de conocimiento, un lenguaje real constitutivo de los santiagueños que visibiliza esta cultura olvidada que solo es recordada con sus cantos, como un bastión más profundo. Como un habla más. Su musicalidad sigue su camino. Los músicos lo siguen grabando, entre ellos artistas como: Motta Luna, Mariana Carrillo, Los Mosoj Ñaupa, Las Mullieris. Siempre aparece algo y a nivel país, es una aventura repatriar la obra de mi papá que era un pedido de Mercedes Sosa en el sentido de que su música sigue siendo revisada o reconsiderada de aquella generación de los ‘60, donde Atahualpa Yupanqui, pertenecía a la generación dorada que de alguna manera constituye el paisaje de ese folclore nacional”.
Luego retoma la semblanza expresando: “Con la muerte de mi padre se sigue con lo que él pidió en Cosquín 2011 y que no es otra que la revisión profunda del folclore y una valoración cultural no solo del canto, sino del habla como el verdadero patrimonio de identidad de pueblos negados, que están visualizados sólo desde la música con un predominio nacional muy importante. Es lo que he ido caminando durante estos cinco años, llegando a las escuelas de todo el país, de la mano de docentes y artistas. Que ha ido retomando la pregunta por el pensante americano a través de la copla parda. Este reconocimiento recibido desde la Nación por Belén Luna, sobre el proyecto que tiene que ver con la recuperación de la copla en la identidad de los pueblos. Que no tenía estudios formales de ningún tipo y que su obra ha sido convalidada en la Feria Internacional del Libro.
Un andar intenso en donde la pregunta por el habla popular, ha constituido esencialmente el plano de búsqueda musical, social, antropológico y cultural de esta América. Se cumple esencialmente el legado de Mercedes Sosa cuando dice: “Dardo me recuerda a Vinicius de Moraes, que solo será comprendido muchos años después de su muerte”.
Realmente va pasando el tiempo va comprendiéndose el tamaño del legado que tiene el santiagueño y desde ahí recuperar el verdadero habla que se refleja en la copla como nacida en las vertientes más autóctonas del monte santiagueño.
Copla Parda es una copla que pertenece a estos lugares. Donde se oculta el verdadero sentir, la filosofía y la musicalidad de este pueblo tan antiguo que está abocado al canto y al habla como es Santiago del Estero. Este santiagueño está más vivo que nunca en esa búsqueda de identidad que continuará luchando para encontrar esta verdadera simbología de ésta copla parda, que es el legado más contundente de mi padre”, concluye.
