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La Provincia Chávez y Bokalic, exhortando al compromiso de la ???gran familia"

Obispos: ???El fenómeno de la droga es una urgencia pastoral???

La Iglesia ???está comprometida en el campo de la prevención y la rehabilitación???.

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Bokalic y Chávez Crédito: Se recuerda el Día Mundial de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de

El 26 de junio de 1945, en la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, 50 países de los 51 convocados firman la carta de las Naciones Unidas, declarando ese día como el Día Mundial de la Lucha por la Vida, el Amor y la Libertad; y luego en el año 1987 la Asamblea General de las Naciones Unidas declara este día como el Día Mundial de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, entendiendo que frente a las drogas lo primero que se pierde es la libertad, lo último la vida y lo único que sostiene es el amor.

 

 

Con esta descripción, inicia el mensaje que los obispos Melitón Chávez y Vicente Bokalic, de las diócesis de Añatuya y Santiago del Estero, respectivamente, brindaron con motivo de la conmemoración antes mencionada. En ese contexto, afirman:

 

 

“Ante esta realidad tan dolorosa, la sociedad tiene el deber de organizarse a fin de emprender acciones, tendientes a construir redes de contención, fortaleciendo los mecanismos de defensa y potenciando los factores de protección, para evitar la drogadependencia y el alcoholismo, enfermedades tan difíciles y complejas, las que resulta difícil enfrentarlas si la combatimos en soledad.

 

 

La Iglesia que quiere actuar y —es su deber— en la sociedad como la levadura evangélica, está y seguirá estando fuertemente comprometida en el campo de la prevención y la rehabilitación de los que se encuentran inmersos en el consumo de las drogas. El fenómeno de la droga es una urgencia pastoral porque afecta a todos los que formamos parte de esta gran familia humana (ricos y pobres, jóvenes y adultos, ancianos, hombre y mujeres). Los padres, pero también los sacerdotes, los religiosos y religiosas, los laicos son los testigos y los primeros protagonistas que tratan de comprender, intervenir y de proponer estructuras comunitarias con el fin de promover la dignidad de la persona humana.

 

Decadencia ética y corrupción creciente, dos de los enemigos

 

“La Iglesia-comunidad cuenta con esta posibilidad (prevención) porque puede llegar capilarmente a todas las familias y a todas las personas por su presencia territorial y por la enorme cantidad de voluntarios capacitados o no, que están dispuestos a acompañar. La Iglesia como ‘hospital de campaña’ que nos propone el papa Francisco sale la periferia de los lugares donde se libraban los más duros combates”, recordaron los obispos.

 

 

Asimismo, agregaron: “La droga es fruto y, a la vez, causa de una gran decadencia ética y de una creciente corrupción de la vida social, que carcome el tejido mismo de la moralidad, de las relaciones interpersonales y de la convivencia civil. Un fenómeno de esta amplitud exige una respuesta fuerte y decidida para frenar la degradación que de él deriva; y esta problemática, de uno u otro modo, nos daña a todos y no es un absurdo afirmar que en cualquier momento puede golpear la puerta de nuestros hogares y afectar a algún miembro de nuestra familia. La droga no elige, la droga se ofrece sin límites”.

 

 

“Analizando esta situación se podría afirmar que el consumo de drogas no se reduce sólo a un comportamiento individual sino que está vinculado a sistemas que son mantenidos socialmente. En efecto, se ha desarrollado con total impunidad una economía clandestina y una criminalidad que tiene como finalidad producir y comercializar la droga a gran escala. Sus destinatarios potenciales, los jóvenes”.

 

Idolatría y desprecio a los jóvenes

 

“A menudo, nuestra sociedad idolatra a los jóvenes y al mismo tiempo los desprecian pues no les brindan las condiciones necesarias que los ayude a construirse, a encontrar su lugar, a descubrir el sentido de la vida y a dar esperanzas con vistas al porvenir.

 

 

Ciertamente, el miedo al futuro y el compromiso en la vida adulta que se observa entre los jóvenes los hace particularmente frágiles. Frecuentemente, no se los alienta a luchar por una vida recta, honesta y hermosa. No se debería subestimar el efecto devastador del desempleo cuyas víctimas son los jóvenes”.

 

 

“Están abandonados a su suerte. Lamentablemente, muchps casos de sobredosis son suicidios voluntarios. El miedo paraliza, la queja no ayuda a nadie, y nuestros hijos, hermanos y amigos nos piden a gritos que por favor hagamos algo. La mayoría de las veces son gritos silenciosos. Este grito conmueve, agita, sacude, desestabiliza”.

 

Trabajar juntos por el sentido de la vida

 

“El problema de la droga es uno de los problemas más graves de estos tiempos.

 

 

Es bueno y necesario involucrarnos en el tratamiento de los adictos, pero es mucho mejor lograr que ningún adolescente o joven caiga en esta pesadilla. La Iglesia, como madre amorosa, se pone al cuidado de la vida de sus hijos. Esta persona destrozada tiene necesidad de ser considerada no como problema, sino persona; no un caso por analizar, sino un hombre por amar; no un individuo al que hay que adoctrinar y condicionar, sino al que hay que valorarlo ayudándole a descubrirse en sus riquezas”.

 

 

“Necesitamos encontrarnos para hacer efectiva esta tarea. Trabajemos todos: Iglesia, Estado, organizaciones sociales, adultos y jóvenes, escuelas, familia. Recuperemos juntos el verdadero sentido de nuestras vidas”.

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