Viviana Beatriz Pérez es la madre de Alan Samuel Gosen, un niño tucumano que quedó en medio de la pelea de un grupo de adolescentes y fue golpeado con un hierro en la cabeza. Su estado es crítico y los médicos le explicaron a la mujer que las primeras 48 horas serán claves, después de la cirugía que le realizaron el miércoles a la noche.
“Ahora lo van a pasar a terapia intermedia, está en observación”, indicó ella. El diagnóstico del pequeño paciente fue “TEC (traumatismo encéfalo craneano) grave y hundimiento de cráneo en la parte frontal”.
Según publica Contexto, el enfrentamiento que derivó en la herida del niño se produjo en el barrio Alejandro Heredia, de San Miguel de Tucumán, donde vive con su familia. “Él estaba en la casa de mi comadre, a dos lotes de la mía, porque era el cumpleaños de ella”, explicó Pérez. Paralelamente, un grupo de adolescentes se había juntado en la esquina. Según dijo la mujer, entre ellos estaba un tal “Santi”, que sería quien inició los disturbios.
“Es un chico muy problemático, siempre se para en la esquina y al que pasa por la cuadra le 'tira la bronca'. Y justo en ese momento pasaba el hijo de mi comadre que iba a comprar gaseosa y le tiraron la bronca a él”, contó la mujer. “Si querés pelear, peleamos mano a mano, pero que nadie se meta”, dijo Pérez que propuso el jovencito, pero el tal “Santi” se negó y se retiró del lugar.
“El hijo de mi comadre se fue a su casa y el otro se fue a buscar a cuatro o cinco chicos más. Después vinieron y empezaron a apedrear la casa de mi comadre y a tirarles con cualquier cosa. Este chico (“Santi”) tiró un fierro que rebotó en el portón y le dio a mi hijo”, relató, señalando la frente del niño que dormía en la camilla. “Estaba enfurecido, no sé si drogado o qué; eran como cinco”, agregó la mujer.
Miedo y bronca
“¡Mamá, están apedreando la casa de mi madrina!”, alertó a Pérez una de sus hijas. En ese instante la mujer recordó que su pequeño hijo estaba allí y salió corriendo a buscarlo. Cuando llegó, lo encontró llorando.
Alguien ya le había puesto un trapo en la cabeza para que frenara la salida de la sangre. “Le pedí a un vecino que me lleve hasta el dispensario de San Cayetano. Cuando llegamos le sacaron el trapo y vi lo que tenía, me quería morir”, recordó, horrorizada por el tamaño y la profundidad del tajo.
Los médicos advirtieron que la herida era grave y pidieron una ambulancia para que el chico sea trasladado al hospital del Niño Jesús.
La familia denunció el hecho ante la Policía. Momentos después, el tal “Santi” fue aprehendido por los uniformados, sindicado como el presunto autor de la agresión y puesto a disposición de la Fiscalía de Instrucción de la Cuarta Nominación, dirigida por Diego López Ávila.
