Todo el esfuerzo realizado por los buenos vecinos y por las autoridades municipales y provinciales parece no ser suficiente para superar los permanentes ataques que la comunidad de Los Quiroga sufre a manos de vándalos que merodean especialmente durante las noches, provocando destrozos de luminarias, comandos de luz, garitas de colectivos y hasta el arco de la entrada principal.
El comisionado municipal Abel Jiménez expresó su profundo pesar por la destrucción constante del patrimonio público, en una comunidad que lucha por crecer y dejar atrás los años de decadencia.
“El arco de entrada principal, que construimos hace apenas tres años, está prácticamente desmantelado. No sé cómo lo hicieron, pero lo han destruido por completo. El cartel ya no tiene sus letras fabricadas con acero inoxidable. Tampoco cuenta con iluminación, porque se han encargado de romper las farolas o de dañar los tableros de comando”, afirmó.
Recordó que recientemente, personal de la Dirección de Energía de la provincia repuso más de 25 luminarias en la calle que conecta las rutas 211 y 8, pasando por el emblemático dique. “Ya hay algunas farolas destruidas. Antes no dejaron nada. Las agarran a hondazos o les arrojan piedras, solamente por el placer de hacer daño. Son chicos, adolescentes y otros más grandes que necesitan ser controlados por sus adultos”, dijo.
También las garitas de colectivos son blanco del vandalismo en Los Quiroga. Una de las visibles está ubicada en el cruce de la calle de acceso y el boulevard donde se encuentran el colegio secundario, la escuela primaria y el jardín de infantes.
Fue construida con mampostería y techo de viguetas, pero rápidamente fue depredado por los malvivientes, que lo tomaron como refugio nocturno, donde hacen fuego y pasan horas ingiriendo bebidas y otras sustancias. El techo ya está totalmente dañado.
Otro viejo problema que padece esta pequeña comunidad que tuvo un pasado prometedor como villa turística es la falta de cooperación para el cuidado de la higiene, tanto de los vecinos como también de los pescadores y familias que eligen la zona del dique para acampar durante toda la semana.
“Constantemente hacemos la limpieza del camping y a pesar de que están colocados los tachos para la basura, la gente no colabora. Cuando vamos, especialmente después de cada fin de semana, nos encontramos con el lugar todo cubierto de basura que dejan los pescadores”, se quejó Jiménez.
En el casco urbano del pueblo el problema de la higiene se refleja en la acumulación constante de restos de poda, los que son abandonados en la calle o en espacios públicos.
“Tenemos que aprender a convivir y a vivir mejor, a respetarnos entre vecinos. No puede ser que nuestros hijos sean los que rompan lo que tanto nos ha costado, y tampoco puede ser que no ayudemos a cuidar la higiene. Por eso hago un llamado a todos los pobladores de Los Quiroga, para que empecemos a cambiar de actitud y nos comprometamos para hacer un pueblo más digno para vivir, entre todos”, concluyó el comisionado.
