La emisión del jueves, que alternó parejas de baile junto con los dobles de los principales políticos argentinos, arrancó al ritmo de “Twist and Shout” de Los Beatles y prontamente dio paso a la primera pareja de baile, compuesta por Charlotte Caniggia y el bailarín Leando Nimo.
A esta performance, siguió la presentación del doble de Mauricio Macri, una lograda imitación que jugó con algunos de los defectos de vocalización propios del presidente y explotó también reconocidas situaciones de coyuntura (“Lilita me pega peor que Holyfield”, “en el segundo semestre todo va a subir”, entre otras).
El presidente tuvo el privilegio de ser el primero en ingresar a la casa de Gran Cuñado, expresión manifiesta de los niveles de banalización que puede alcanzar el ejercicio de la política argentina, y a esto siguió una incómoda y extraña situación que no fue la presentación de los ficticios José Ottavis y Vicky Xipolitakis sino la presencia en vivo en el piso de “Showmatch” y ante cámaras del diputado en persona, visiblemente molesto.
Con un acuerdo explícito para ser vapuleado en cámaras, Ottavis sufrió desde su postura corporal y sus evidentes signos de malestar las “gastadas” que le propició Tinelli y los dobles de sí mismo y de su ex novia.
Luego del mal trago vivido por el diputado provincial y referente de La Cámpora y de las gracias de los imitadores que se juntaron con el doble de Macri en la Casa, donde eran recibidos por el periodista Diego Leuco, el programa continuó con la presentación de la pareja de Fabián Doman, convertido en una suerte de extraño sex symbol, demostración elocuente de los equívocos que puede producir la exposición mediática y del poder de seducción que puede genenar la televisión.
