La pena de prisión perpetua le fue aplicada ayer a la joven oriunda de Bandera, que en mayo de 2013 asesinó a su hijito de tan sólo tres meses, al que asfixió colocándole una bolsa en la cabecita, según dijo “porque no tenía para darle de comer, ni nada para ofrecerle”.
Micaela Roxana Díaz rompió en un desconsolado llanto al escuchar el veredicto con la pena máxima que recayó en su contra, al ser considerada autora material y penalmente responsable del delito de homicidio agravado por el vínculo en perjuicio de su hijo Alejo.
El tribunal presidido por el doctor Alfredo Daniel Pérez Gallardo e integrado por los doctores Osvaldo Pérez Roberti y Luis Achával, dejó sin efecto el agravante de la alevosía, con el que la joven también había arribado a juicio.
Lo que había pedido la fiscal
Cabe recordar que —en la audiencia anterior— la fiscal Érika Leguizamón había solicitado la pena de prisión perpetua para Micaela Díaz, al considerarla culpable de homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por alevosía, ya que “si bien el bebito no podría haberse defendido nunca por su edad, la acusada se colocó en una circunstancia para no ser vista por nadie que podía ayudar al pequeño”, e indicó que analizará el fallo para luego decidir si recurre en casación ante la Alzada.
“Mi hijo me ha perdonado”
Previo al dictado de la sentencia, el tribunal concedió a Micaela Díaz la posibilidad de decir sus últimas palabras, ocasión en la que la joven manifestó que sabía que “Dios me ha perdonado, y también sé que mi hijo me ha perdonado. Estoy arrepentida, sé que lo que hice es muy malo, pero me siento con fortaleza para afrontar lo que Uds. decidan, respetaré eso”, expresó dirigiéndose al tribunal, al que finalmente pidió “clemencia, denme una oportunidad, yo he cambiado”, remarcó.
