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La Provincia Tedeum

Las frases más destacadas de la homilía en la Catedral Basílica

El obispo Bokalic estuvo a cargo de la homilía y dejó algunos conceptos más que interesantes para tener en cuenta.

Esta mañana, se celebró el tedeum en la Catedral Basílica de Santiago del Estero, y con la presencia de autoridades de toda la provincia, el obispo Vicente Bokalic estuvo a cargo de la tradicional homilía de la misa. A continuación, algunas de las frases más destacadas de su oratoria. 

 

 

 

No sería fructífero entrar en consideraciones acerca de que estos tiempos son peores o mejores que los vividos en el pasado. Lo que si podemos afirmar es que este es nuestro mejor momento, porque es el único en el cual podemos hacer la diferencia.

 

 

Amar a la Patria, no es una opción, sino un mandato divino, y trabajar por el Bien Común de nuestra Argentina es el más alto ejercicio de caridad, ya que une dos amores en uno: el amor a Dios y el amor al prójimo.

 

 

Las acciones que exige la construcción del bien común son, ante todo, el compromiso por la paz, la correcta organización de los poderes del Estado, un sólido ordenamiento jurídico, la salvaguardia del ambiente y la prestación de los servicios esenciales para las personas.

 

 

Hermanos, hacer Patria significa amar todo lo que es patrio: su historia, sus tradiciones, sus lenguas y su misma configuración geográfica. Pero por encima de todo esto, hacer Patria significa amar a nuestros compatriotas, a nuestro pueblo, a nuestra gente.

 

 

La corrupción produce un enorme daño social y es como un cáncer que infesta y contamina todos los sectores de la vida social. El corrupto no conoce lo que es la fraternidad, la justicia o la amistad, sino sólo la complicidad, ya que busca siempre implicar a otros en su propia corrupción.

 

 

Obispos argentinos manifestamos nuestra conmoción por «los rostros sufrientes de quienes están atrapados y condenados por una de las calamidades más grandes de estos últimos tiempos, como es el consumo y las adicciones a la droga».

 

 

Esta es nuestra Patria, esta es nuestra casa común. Nos pertenece y se extiende en toda su geografía para todos y cada uno de nosotros.

 

 

Es inaceptable y escandaloso frente a tanta riqueza la muerte de niños por desnutrición. Hoy frente a tantas necesidades que pasa nuestra gente es indispensable una conducta sobria, austera, con espíritu de servicio.

 

 

Reciban mi afectuosa bendición. A todos los santiagueños, a sus hijos, a sus familias, y que Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa los acompañe y los proteja siempre. Y a su compañera de ruta, Nuestra Señora de Luján, patrona de nuestro país, le confiamos el destino de nuestra Nación.

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