Vivían en pareja desde hace varios años y tiene tres hijos en común, la mayor de 7. Siempre la agredió verbal y físicamente, afirmó la joven de 24 años. Hace tres meses le propinó una dura golpiza y además le quemó toda la ropa en la vivienda del barrio Mosconi, donde convivían. La mujer se cansó y radicó la denuncia en la Comisaría Primera del Menor y la Mujer, que instruyó la causa y generó la orden de detención del sospechoso, identificado como Juan Ramón Ibarra (25 años), más conocido como “Juancho”. Dos semanas después pudo ser ubicado y apresado.
El sujeto estuvo poco más de dos meses detenido en la Seccional Décima. Salió hace pocos días en libertad, pero no debía acercarse a la víctima en un radio de 100 metros ni tener contacto con ella por teléfono ni otros medios tecnológicos. Sin embargo, “Juancho” no cumplió.
Anteayer, alrededor de las siete de la tarde, el sujeto se presentó en la casa de la víctima, quien está cursando un embarazo de tres meses. El sospechoso es padre del bebé en gestación. Apenas vio a la joven, el sospechoso inició el brutal castigo.
“Estaba en el patio, me agarró de los pelos y me arrastró hasta la pieza”, afirmó la víctima a Nuevo Diario.
“Me dio varias trompadas; me hizo golpear la cabeza contra la pared y contra la mesa donde comen mis hijos, la mesa se rompió. Pensé que me iba a matar a golpes”, señaló aún con miedo la mujer.
Pero no terminó allí. El sospechoso encontró un cuchillo de mesa y atacó a su ex pareja. “Me lanzó varios cuchillazos y logré cubrirme con las manos. El cuchillo se clavó en mis manos; parece que estaba decidido a matarme”, afirmó. La mujer pensó en sus hijos —dos mujeres de 7 y 4 años, y un varón de 5— y en el que está gestando. Sacó fuerzas y logró zafarse del agresor.
Corrió y pidió ayuda en una casa vecina, donde la protegieron y llamaron a la Policía.
La víctima fue examinada por el médico de Policía, quien determinó lesiones curables en 10 días, y el juez Miguel Ángel Moreno ordenó la detención del sujeto.
“Juancho” Ibarra fue ubicado en la casa de su hermana, sita en Formosa y calle 228. Estaba escondido debajo de una cama y fue capturado otra vez. “No quiero verlo más porque la próxima me matará”, señaló la víctima.
