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La Provincia Interior

Vecinos "abandonados" por la comisión de Los Pirpintos

Nuevo Diario visitó el lugar y pudo conocer en primera persona la realidad que viven en la zona.

Agrandar imagen Departamento Copo.
Departamento Copo. Crédito: Los pobladores piden respuestas a sus reclamos.
Por Tony Villavicencio.

Por Por Tony Villavicencio.

Abandono, desinterés y poca visión de progreso, eso es lo que manifiestan sentir algunos vecinos del departamento Copo.

 

 

Nuevo Diario publicó hace algunos días distintas situaciones que debían enfrentar grupos de familias de distintos parajes que responden a la órbita de la comisión municipal de Los Pirpintos, a cargo de Luis Salazar.

 

 

En esta oportunidad, los pobladores aseguraron que no brindan asistencia a las familias humildes radicadas en el Parque Provincial Copo, que es de su jurisdicción, y pusieron como ejemplo a las familias Robles y Galván.

 

 

Dando fe sobre esta situación, Galván —quien reside en la Picada 7— manifestó en diálogo con este medio que hace algunos días “estaba hablando con el comisionado para ver si existía la posibilidad de arreglar los caminos que se encuentran intransitables. Lo que me dijeron es que sólo si el combustible lo poníamos nosotros, los iba a arreglar”.

 

 

“Me contestaron que si nos juntábamos entre varios y le dábamos el combustible iban a poner  a nuestra disposición el tractor y la niveladora de arrastre”.

 

 

Una de las principales preocupaciones de los vecinos es que estos caminos conducen hacia una de las instituciones más emblemáticas de la zona: la escuela de La Majada. Según argumentaron se tarda aproximadamente dos horas para llegar y salir al lugar, ya que a pesar de la distancia los caminos están intransitables.

 

 

“El pedido lo hicimos hace aproximadamente un año y aún no tuvimos respuesta. El camino está cada vez peor”, agregó Galván.

 

 

Una de las acusaciones más fuertes que manifestó es que la comisión municipal “nos pide aproximadamente 50 litros de gasoil para que nos lleven agua a una distancia de 45 km, que es donde vivimos. Eso es lo que tenemos que pagar para que tengamos agua. Si no tenemos para pagar, no tenemos agua y debemos consumir agua de la represa”.

 

 

En esta misma localidad se encuentra una escuela que recibe aproximadamente a 11 alumnos. Se trata de la Escuela 1219 de El Maján.

 

 

La docente Silvina Palomo, quien recorre 60 km para llegar a dar clases por caminos que “están totalmente intransitables. En días de lluvia, se hace imposible asistir a clases. Mi medio de movilidad es una motocicleta y es la única forma con la que puedo llegar. Últimamente, los pozos se han agrietado más por el paso de camiones”.

 

 

La docente, quien concurre a clases con su hijo, destacó las “ganas de superación” de los pequeños alumnos y que eso la motiva a solicitar mejoras en la institución.

 

 

Relatando la realidad en la que viven las familias de la zona, la docente explicó que, “estamos por gracia divina. “Trato de tener siempre a mano medicamentos y otros elementos para ayudar a los alumnos o a sus familias. Hace unos días había víboras y trate de estar atenta a cada una de estas situaciones. Estamos desprotegidos, realmente”.

 

 

“El comisionado Salazar no nos visitó. Siempre está la excusa de que no es la jurisdicción de ellos pero cuando hay elecciones, recién visitan a la gente. A la escuela, nunca llegaron y no saben realmente cuáles son las necesidades que tenemos”.

 

 

La docente relataba cada una de estas situaciones con desazón y mucha angustia, ya que uno de sus principales objetivos es poder brindar  una mejor calidad de vida a los pocos alumnos que concurren a la institución y que a veces, se quedan a dormir en la escuela.

 

 

“Hay chicos que no conocen lugares como la cabecera del departamento. Sólo pude llevar a dos, el año pasado. Mi idea es que conozcan más. Desde que llegué les prometí que los iba a llevar al zoológico. Presenté notas en varios lugares, pero nadie respondía, diciendo que no es la jurisdicción”, manifestó.

 

 

El comisionado de Los Pirpintos “nunca nos dio respuesta ante esta situación”, reiteró.

 

 

“Los papás de los chicos, pagan para que les traigan el agua. Si no tienen plata, no lo toman. Un día traté de entablar una conversación con él y andaba apurado. Nunca se lo encuentra en la comisión”, finalizó.

 

 

 

HAY MÁS SEGURIDAD EN EL PARQUE

 

Los lugareños  que están dentro del área restringida y también los vecinos que están  fuera del Parque Provincial Copo, señalan que no todo es negativo, ya que antes siempre eran sorprendidos por vuelos  rasantes de aviones, pero desde que se declaró área restringida a ese lugar, ya no se ven aviones ni hay tránsito de personas raras por la desértica Picada 7.

En ese  sentido aseguran los lugareños, que desde que el Gobierno se hizo cargo  de la reserva y se declara Parque Provincial, viven tranquilos  y se sienten seguros porque los controles de los guardaparques son permanentes y los recorridos de la policía y los gendarmes son frecuentes.

 

 

Al respecto, Marcos Sandin expreso: “ Yo vivo sobre la Picada 7 y,  en años pasados, veíamos que los aviones volaban a ras del monte y se perdían y un rato  después volvían a aparecer”.

 

 

 

VIVIENDAS PRECARIAS Y MUCHAS NECESIDADES EN TODA LA LOCALIDAD

 

Los  once niños que concurren a la escuela Nº 1219 de El Majan, son hijos de pobladores asentados desde tiempo inmemorial en la reserva que comprende al Parque Provincial Copo y manifestaron que oportunamente solicitaron a las autoridades provinciales definiciones en lo que respecta a la irregular situación territorial en la que se encuentran las 17 familias, las cuales a partir de la sanción de la Ley 6843, promulgada en 2007, pasaron a vivir en un  área restringida,  impedidos  de mantener  mejoras y desarrollar actividades productivas que les permita desarrollarse y progresar.

 

 

José Guzmán, de 61 años es poblador del  Parque Provincial Copo. Al  lugar donde habita con su familia se lo conoce como el  paraje La Aurora donde hay un total de cinco  familias.

El entrevistado manifestó que a lo largo de los años sus padres fueron construyendo, viviendas, pozos surgentes,  corrales, criaban animales vacunos cabríos, lanares  y hasta   sembraban en pequeñas parcelas que desmontaron y donde introdujeron  mejoras en la tierra que ocupan, desde tiempos inmemorables, hasta que la zona fue declarada área restringida y declarada Parque provincial.

 

 

Sostienen  que a medida que pasa el tiempo   la situación se agrava, porque  tienen problemas para producir y generar los alimentos que consumen las  familia y  que el poco ganado lo crían a campo abierto, y que el robo de hacienda es frecuente y que los cuatreros están dejando a muchas familias  sin  ganado y ahora hay muchas familias que no tienen de qué vivir, para poder consumir agua potable, tienen que pagar cincuenta litros de gasoil al comisionado de Los Pirpintos, Luis Salazar.

 

 

Las familias habitan precarias viviendas y en todos los casos, para consumir agua potable recurren a la comisión municipal de Los Pirpintos,  denuncian los pobladores, que para poder tener acceso a ese servicio, el comisionado le exige a cada familia cincuenta litros de gasoil, lo que equivale en pesos la suma de 950 pesos,  dinero  que muchas veces las familias no tienen y toman agua de las  represas,  la que comparten con los animales.

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