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Policiales Trata de Personas y Gendarmeria Nacional

Anciano regenteaba un prostíbulo en un barrio

Entre los secuestros había un cuaderno con el nombre de casi cien mujeres y clientes.

Un empleado público, de 68 años, manejaba un prostíbulo instalado en pleno barrio Mariano Moreno Viejo de ciudad Capital. Desde ese lugar “arreglaba” encuentros sexuales entre las prostitutas y los ocasionales clientes. Dos fuerzas de seguridad investigaban a este sujeto y ayer se concretó un allanamiento en la vivienda. Trata de Personas había comenzado a investigar hace tiempo y Gendarmería Nacional, por su lado, también. Nuevo Diario accedió de manera exclusiva a datos de la investigación, que terminó dando un golpe a la prostitución en la provincia.

El empleado público, que estaba a punto de jubilarse, tenía en su poder un cuaderno con una cantidad, más que considerable, de nombre de mujeres. En el mismo tenía anotado las edades y a qué ciudad pertenecían las mismas, con sus respectivos números telefónicos. El cliente, cuando se comunicaba con el sexagenario, según lo que se desprende de la investigación, le indicaba “cuáles eran las características físicas de la mujer con quien deseaba estar”.

 

Encuentros sexuales

El encuentro sexual se concretaba en la vivienda del detenido, que está ubicada en la Manzana 1 del barrio antes mencionado. Esta actividad ilícita aparentemente se desarrollaba desde hace más de dos años, coincidentemente cuando se clausuraron los prostíbulos en toda la provincia de Santiago del Estero. Por esa misma razón los investigadores sospechan que una vez que se cerraron las whiskerías, las mujeres optaron por ejercer la prostitución en departamentos y domicilios particulares, como es en este caso.

Desde el Juzgado Federal de Santiago del Estero ordenaron a los gendarmes y a los sabuesos de Trata de Personas que concreten el allanamiento.

El empleado público detenido podría ser indagado en la mañana de hoy, informaron fuentes consultadas.

 

Secuestros

 

Todo estaba perfectamente organizado por el acusado.

En el interior de la vivienda, que funcionaba como prostíbulo, había preservativos y hasta un libro de “pases”, según se desprende de la investigación. Los clientes solían abonar por el “servicio” entre 300 y 600 pesos, de los cuales el 40% aproximadamente quedaba en poder del dueño de la casa, también conocido como “cafiolo” en la jerga callejera nocturna. Aparentemente, el empleado público no había dejado nada librado al azar. Los secuestros fueron trasladados hacia la base de Gendarmería Nacional.

 

Cuaderno con anotaciones

 

Lo que más llamó la atención de los investigadores es un cuaderno con muchas anotaciones. En el mismo había más de cien números telefónicos de mujeres oriundas del interior, La Banda y Capital que ejercen la prostitución. También existen anotaciones con la identidad de posibles clientes. Toda esta documentación será analizada y peritada por los especialistas.

Este es un caso demasiado complejo, que seguramente tendrá derivaciones y novedades en las próximas horas o días, indicaron fuentes ligadas a la investigación que tuvo su primera parte en la jornada de ayer.

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