Buena parte del partido republicano ya no disimula el miedo por el imparable avance del millonario Donald Trump hacia la candidatura y ensaya estrategias desesperadas en un agónico esfuerzo por intentar cerrarle el paso a la nominación.
Tal la maniobra que acaban de montar los otros dos aspirantes que siguen en carrera. El ultraconservador Ted Cruz y el moderado Johm Kasich acordaron coordinar estrategias de campaña para, juntos, intentar arañarle delegados -y votos- a Trump.
La operación fue admitida públicamente por los equipos de campaña. Según los casos, incluye un acuerdo para que Kasich mantenga un perfil más bajo en tramos de la recta final y de ese modo ceda a Cruz, que está en posición más fuerte, mayores posibilidades.
Trump, en tanto, dijo que todo esto era una trampa y un nuevo intento desleal por cerrarle el paso. "Están amañando todo en contra mía", protestó. "Esto es lo que hacen los fracasados", disparó.
El proceso de primarias llega así a su tramo final con nuevas sorpresas. La primera de ellas ocurrió hace ya muchos meses, cuando buena parte de los analistas consideraron a Trump un "fenómeno de corto alcance", que se disiparía en cuestión se semanas.
