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La Provincia Desde el Vaticano

La Asociación VAY recibió un mensaje del Vaticano con motivo del Dia Mundial de Concienciación sobre el autismo

La dieron a conocer en la comunidad. Es un importante documento de la Santa Sede emitido por el Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.

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Llamil Abdala Crédito: Integrante de la Asociación VAY.

Con motivo de la conmemoración del Día Mundial de Concienciación sobre el autismo, el Papa Francisco envió un mensaje a la asociación VAY -para ser difundido en la comunidad- a través del Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud de la Santa Sede. Dice lo siguiente:

 

"SEAMOS CREADORES DE LA VERDAD Y TESTIGOS DE LA VERDAD"

 

Muy queridos hermanos y hermanas:

 

 En ocasión hoy del Día Mundial del Autismo, en la búsqueda de incrementar la concienciación y sensibilidad hacia el Autismo, y siendo una fecha que incluso coincide con celebrarse habiendo pasado solo unos pocos días de la Pascua de Resurrección, la Iglesia Católica tiene la intención de acerca al Cristo Crucificado que inspiró esperanza aún antes de su trágica pasión y muerte: "No tengan miedo" (Mateo 28:10).

 

 Muchas veces nuestro diario trabajo, la desilusión, el desgano, la soledad y la ansiedad sobre nuestro futuro puede intentar prevalecer sobre la esperanza, esa esperanza que suele animar a las familias, efectores de salud, científicos, sociedades de investigación, escuelas, voluntarios, y a todo aquel que de acuerdo a su capacidad y a un modo sinérgico están al lado de las personas con Trastornos del Espectro Autista.

 

 En este día, es importante y necesario estimular el compromiso en esta cuestión para incrementar los servicios y la promoción de la investigación, de una manera que resulte esencial para estar al lado de las personas con Autismo y sus familias, quienes se sentirán apoyadas a través de estas maravillosas actividades, y los corazones resultarán reconfortados fuertemente con esta esperanza.

 

“Esperanza Cristiana” cómo remarca el Papa Francisco, ¨no es un simple deseo, no es optimismo, para un cristiano, la esperanza es la expectativa ferviente del más fuerte y apasionado misterio, el misterio del amor de Dios, en el cual renacemos nuevamente a través de los tiempos. Y está además la expectativa mayor de alguien que está viniendo: Es nuestro Señor Jesucristo acercándose cada vez más a nosotros, día a día, y que viene a traernos al final la más completa comunión y su paz¨. La Iglesia entonces, como fuerza de protección de la lámpara ardiente de esperanza claramente visible, procurará que siga brillando, como signo seguro de salvación y de luz a la humanidad, para pasar a guiar al encuentro final con el piadoso rostro de Dios (Audiencia general del 15 de octubre de 2014).

 

 En los tiempos donde es difícil encontrar razones para la esperanza, sobre todo cuando se enfrentan los problemas de los Trastornos del Espectro Autista, en donde no solo se enfrentan problemas para un diagnóstico, sino también (y en especial a las familias) en lograr que las personas sean aceptadas sin vergüenza, somos llamado a ubicar nuestra verdad en Dios. Ahora, si por definición la esperanza mira al futuro, está Dios quien solo puede amarnos, ilimitadamente y benevolentemente, y es quien cuida a sus hijos y nunca los abandona, más aún a aquellos que entran en comunión, pese a todas las dificultades que hubiera.

 

 En este horizonte de fe, los trastornos mentales y del comportamiento, los cuales hasta no hace mucho tiempo atrás eran vistos como un estigma social, afortunadamente hoy están adquiriendo mayor atención en el campo de la diagnosis y de la investigación, y también en el campo de la asistencia, inclusión escolar y en el trabajo, acompañando y promoviendo además un crecimiento espiritual de las personas. Esto constituye un claro signo de esperanza, que emerge, como ha sido al momento de la Conferencia Internacional que fue organizada hace dos años por el Consejo Pontificio de la Salud de la Santa Sede en el Vaticano y que se tituló: ¨La persona con Trastorno del Espectro Autista: Animar la esperanza¨.

 

 Así es entonces, que no debe haber ni ausencia ni falta de compromiso de nadie, para promover la aceptación, el encuentro y la solidaridad en un trabajo concreto de apoyo y de renovación de la promoción de la esperanza, teniendo en cuenta, sobre todo, las cuestiones que el Autismo implica en toda la vida de las personas. Siguiendo desde aquí, y por ello, solo una alianza entre todos los sectores de la sociedad, sistema de salud, sistema prestacional de la salud y sistema educativo, todos integrados como más sea posible, y unidos en un trabajo que promueva la autonomía personal, asegurará la continuidad de este trabajo responsable y continuo durante toda la vida de estas personas,

 

 En cuanto a la promoción de la inclusión laboral, deben contemplarse los servicios específicos para jóvenes y adultos que les permita a las personas con Autismo conservar la capacidad que han desarrollado con los apoyos necesarios cuando era joven, y evitar así retrocesos y dilapidar recursos que pudieran haber obtenido donde los emplearon.

 

 En este arduo pero no imposible entendimiento, el positivo efecto del cuidado de la salud, de lo educativo, y de las iniciativas sociales, es un fuerte apoyo para las personas con Trastornos del Espectro Autista, y para sus familias, y constituye un muy fundado incentivo para identificar y promover efectivas y eficientes políticas, aun aquellas creadas en pequeñas ciudades o países de bajos ingresos - como el Papa Francisco remarcó cuando se encontró con niños y jóvenes con Personas con Autismo y sus familias el 22 de Noviembre de 2014 y expresó ¨que una red regional de servicios de apoyo y que sean comprensivas y accesibles, puede ayudar a las familias a superar el duro trance, la tristeza y la frustración¨.

 

 Siguiendo la invitación del Papa Francisco, sobre todo en ocasión de este año de la Santa Piedad, estimulando a los creyentes y no creyentes, a redescubrir una solidaridad fraternal, tomemos la responsabilidad en nuestras vidas de la aceptación y la inclusión de las personas con Autismo y sus familias, en la certeza que en este camino seremos testigos de la auténtica y brillante esperanza en la Iglesia y en el Mundo!!!

 

 Es mi deseo, que trabajadores de la salud, investigadores, educadores, terapeutas, rehabilitadores, trabajadores pastorales y sociales, maestros y muy especialmente las personas con Autismo y sus familias, estén bien y felices en la gloria de Dios. ¡Aleluya!!!!

 

Msnr. Zygmunt Zimowski, Presidente Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud De la Santa Sede en el Vaticano.

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