La noche trascendía tranquila en el pabellón O (ex 6) del Penal de Varones, donde se encuentran los que no cuentan con buena conducta dentro de la población carcelaria. Algunos reos dormían, otros trataban de conciliar el sueño y el resto miraba televisión. Habían pasado pocos minutos de las 22. En esa circunstancia, los gritos de uno de los presos generaron un caos: “El santo quiere sangre”, decía a viva voz. Era Juan Ramón Páez, más conocido como “Milanesa”, quien fue condenado por el homicidio de José Argañaraz y será enjuiciado próximamente por el de Patricia González.
El reo empuñaba una punta que había fabricado con la manija de una pava. En medio de los gritos, “Milanesa” Páez fue atacando a sus compañeros de pabellón, quienes se encontraban en la cama o distraídos con la televisión.
Al final, seis reos terminaron con heridas provocadas con la punta, unas más graves que otras.
El homicida no había terminado la faena porque “el santo quería más sangre”, en alusión a un dibujo de San La Muerte que tenía en una de sus manos.
Los heridos y otros presos decidieron entrar en acción para evitar una masacre. Dos de ellos armaron “boleadoras” colocando panes de jabón adentro de las medias, con las que atacaron a “Milanesa”, que parecía un enajenado mental.
Los reos, desde la distancia ya que el bandeño continuaba empuñando el arma blanca, lo golpearon con las “boleadoras” en distintas partes del cuerpo y hasta en la cabeza y el rostro, donde le provocaron un corte del que comenzó a manar abundante sangre.
Hasta ese momento, el escándalo había alertado a los guardiacárceles, quienes se preparaban para ingresar al pabellón y restablecer el orden, además de auxiliar a los heridos. Finalmente, el personal de la Unidad Penitenciaria Nº1 pudo controlar la situación e inmovilizar a Páez, quien fue trasladado inmediatamente a otro sector para apaciguar los ánimos.
Los heridos fueron trasladados a la unidad sanitaria del penal, donde les realizaron curaciones a cuatro de ellos, mientras que los otros dos fueron llevados al hospital Regional, donde fueron atendidos y luego regresaron a la cárcel.
Al centro de salud público también fue trasladado “Milanesa”, quien presentaba golpes en el tórax y cortes en la cabeza y sobre el ojo izquierdo, donde le practicaron un punto de sutura. Tras las curaciones, el reo fue trasladado nuevamente a la cárcel de varones, de Alsina 850.
“Estoy solo en las causas y nadie me va a mandonear”, afirmó
A pesar de que “Milanesa” Páez se encontraba en el pabellón donde están los condenados y procesados considerados peligrosos y de mala conducta entre la población carcelaria, el bandeño no había protagonizado hasta el momento ningún incidente con sus compañeros ni guardiacárceles.
Desde su llegada al Penal de Varones, el comportamiento del reo era relativamente “bueno”. Por este motivo llamó la atención que atacara a sus compañeros y los hiriera con una punta.
“Estoy solo en las causas (único acusado de los dos homicidios) y nadie me va a mandonear”, habría manifestado Páez tras ser curado de las heridas.
Al momento del ataque, “Milanesa” ya había preparado su “mono”, que en la jerga carcelaria es juntar toda su ropa en una sábana, porque sabía o quería que lo trasladaran a otro pabellón.
En este sentido, el reo fue alojado en una de las diez celdas del pabellón H, donde se encuentran los presos con problemas de conducta y sancionados.
Páez se encuentra cumpliendo una condena de nueve años por la muerte de José Argañaraz, que le impusieron a mediados del año pasado, y espera que se realice el juicio por el crimen de “Pato” González, quien era su ex novia.
