Este viernes 4 se cumplirán los primeros tres meses de presencia en la Diócesis de Añatuya del obispo José Melitón Chávez y, sin dudas, una de sus mayores preocupaciones hechas públicas varias veces, son los jóvenes y su roce con los flagelos del consumo de drogas y alcohol. El obispo dedicó gran parte de su tiempo a conocer la realidad y los lugares en los que se encuentran diferentes agentes de pastoral. “Ver los desafíos que van apareciendo y que es la misma gente la que me los va diciendo, necesidades como la de cuidar más la vida de los jóvenes. Una tarea importantísima de nosotros, los adultos, en la que estamos todos involucrados y debemos estar al servicio de su cuidado: la Iglesia con todas sus estructuras, la sociedad civil, el Estado. Cuidar la vida de los niños y los jóvenes, apostar y dar la vida totalmente por ellos para que sean felices”, expresó. Entre los principales flagelos que azotan a los jóvenes de su Diócesis están el excesivo consumo de alcohol y de drogas que lo han hecho pensar en estrategias pastorales concretas. “Tenemos la propuesta de ir sensibilizando a toda la sociedad en la problemática instalada en muchos sectores de la sociedad y de los jóvenes. Esta realidad se viene dando a niveles de adicción y otros de consumo que igualmente son dañinos y peligrosos para la salud y cerebro de los chicos. En distintas escalas esto se está dando”, aseveró. La propuesta concreta de la Iglesia local será generar una Pastoral de Adicciones. “Es decir acciones de la Iglesia en torno a la evangelización, al cuidado de la vida de la gente y que consistiría de parte nuestra en buscar dispositivos de prevención para llegar antes que el problema, de acompañamiento y rehabilitación para los casos más comprometidos. Queremos acompañar y no dejar solas a las familias y los jóvenes que están sufriendo este infierno de las drogas”, agregó. Estas jornadas de sensibilización a la Pastoral de Adicciones se realizarán después de la Pascua y servirán para convocar a las personas que tienen directa responsabilidad como docentes, clubes, organizaciones sociales, Municipio, grupos de jóvenes, medios de comunicación, movimientos eclesiales, padres de familia y otros. “Despertar la idea de que las adicciones no son algo que nos viene llovido o que pasa como una desgracia. Hay una realidad de que todos, de una forma u otra, tenemos una responsabilidad. En esta problemática son tan culpables aquellos que operan como “mercaderes de la muerte” como todos aquellos que pudiendo hacer algo se cruzan de brazos y miran para otro lado”.
Además, agregó: “En el rol de cada uno queremos ver a que estamos llamados para que juntos podamos crear dispositivos en las parroquias, en los clubes y en cuanto lugar estemos, espacios de acompañamiento y escucha de esta realidad”. Para estas jornadas, contarán con personas que han trabajado en la temática y experiencias de ayuda a esta realidad.
Mercaderes de la muerte
Sobre los allanamientos que las fuerzas de seguridad realizaron en diferentes puntos de la provincia, algunos de ellos en territorio de su Diócesis, el obispo expresó: “Lo preocupante sería que no hubieran noticias de procedimientos. Si estos ‘mercaderes de la muerte’ pudieran seguir trabajando impunemente con la cancha limpia sin que nadie los interrumpa eso sería más preocupante. Esto normalmente desde la Iglesia no abordamos un trabajo en esa franja problemática, sino que es responsabilidad exclusiva del Estado con todos sus componentes”. Además deseó: “Ojalá que se pudiera trabajar más seriamente porque necesitamos también una señal más seria desde el Estado de que se está haciendo algo. Y cuando se hace algo para lo cual el Estado está no es para salir a aplaudir, sino que está cumpliendo con su deber y ojalá lo siga haciendo con el mayor de los éxitos”. También se refirió al rol de las familias y la escuela. “Todo lo que hace a la salud de los chicos tanto mental y espiritual está relacionado con dos instituciones que los pueden salvar: la escuela y la familia.
A veces ocurre que ellos pueden llegar a perder el contacto y dialogo con sus padres o hay padres que muy temprano bajan los brazos y pierden autoridad sobre los hijos y en eso la otra institución que debe complementar a la familia es la escuela. Pero si esta falla e chico queda sin estos dos resortes que son su salvación y les queda la calle con sus propuestas que no son nada buena”.
