ROMA.- Mauricio Mari visitó hoy al papa Francisco por primera vez desde que asumió como jefe de Estado y le llevó tres presentes muy particulares, entre ellos, uno vínculado estrechamente con nuestra provincia.
Se trata de la cruz de Matará, un significativo símbolo de la evangelización cristiana en el continente americano que además, tiene raíces jesuitas, igual que el papa Francisco.
Esta es la cruz más antigua conocida en América ya que fue encontrada en el interior de nuestra provincia. Según comenta la Fundación Gottau, los misioneros jesuitas que llegaron en 1594 al territorio provincial, se ubicaron cerca de la tribu indígena llamada Matará, que habitaba a orillas del Río Salado.
De a poco, los religiosos se ganaron la confianza de los indígenas y hasta aprendieron su idioma para mantenerse comunicados y así, hablarles sobre Jesucristo. Con el paso del tiempo, comenzaron a "tallar" el Evangelio en la Cruz de Matará, que se convirtió en la muestra más palpable de la historia de aquella primera evangelización en el continente americano.
