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Policiales Añatuya, General Taboada

Un médico forcejeó con ladrón y lo mató de un tiro en el tórax

En el lugar del hecho, también estuvo presente esposa. Investigan los pormenores.

El doctor Diego Alberto Heredia y su esposa, también médica, doctora Gladys Contreras, ayer en horas de la madrugada fueron protagonistas de un episodio policial que conmociona a la provincia.

 El matrimonio, oriundo de la provincia de Tucumán, estuvo descansando en su casa ubicada en la intersección de Senador Villar y España, a escasos metros del Centro Judicial Añatuya y el Hospital Zonal. Diego y Gladys decidieron apaciguar el calor de la noche del sábado y pusieron un colchón en el comedor de la casa. Es que como llegaron hace tres meses, recién se estaban instalando en la vivienda.

Los profesionales de la salud quedaron completamente dormidos, sin imaginar lo que se venía. El otro protagonista de este episodio es un delincuente con frondoso prontuario conocido como “Beto” Pacheco. El sujeto en cuestión ingresó a la vivienda por un ventiluz  pensando que sus moradores no se encontraban con la intención de cometer un robo. Cerca de las dos y media de la madrugada Diego Heredia se despertó al escuchar un ruido extraño y al levantarse se encontró frente a frente con Pacheco. Ambos se trenzaron en una feroz pelea. En un determinado momento el doctor Heredia tomó un arma de fuego con intenciones de asustar al delincuente. En medio de la pelea, se accionó el arma y salió un disparo que terminó impactando a la altura del tórax con salida por el omóplato de Pacheco. El sujeto cayó muerto.  

El médico Heredia dio aviso a la policía de lo sucedido mientras intentaba calmar a su esposa que estaba en medio de una crisis de nervios.  “Estudié para salvar vidas y no para quitarla” fueron las primeras palabras del galeno angustiado ante los   investigadores.

 

La Fiscal Rímini ordenó una serie de medidas

 

La fiscal doctora María Cecilia Rímini trabajó en el lugar del hecho de sangre junto con los peritos e investigadores de la Departamental 13 de Añatuya.

Cada movimiento de los policías fue supervisado por la fiscal del Centro Judicial Añatuya.

Entre las medidas que solicitó la representante del Ministerio Público Fiscal podemos mencionar el pedido de autopsia del cuerpo de Pacheco para poder determinar si el deceso se produjo de manera inmediata o luego de haber ingresado al nosocomio añatuyense.

 También solicitó que los peritos de Criminalística le realicen la prueba de parafina al médico Heredia. Rímini pidió a una bioquímica que le practique dosaje al médico y su esposa.

Por el momento la causa está caratulada como “homicidio simple” pero podría modificarse la carátula si es que la fiscal lo considera.

Al cierre de la presente edición se supo que el próximo miércoles se llevará a cabo una audiencia en el Centro Judicial Añatuya con la presencia del matrimonio.

 

El occiso tenía antecedentes

 

Pacheco no fue una persona extraña para los investigadores y la Justicia. Contaba con antecedentes como robos, hurtos y asaltos. “Beto” Pacheco solía hacer “ostentación” de su paso durante casi ocho años por el Penal de Varones de ciudad Capital. Fuentes policiales indicaron que durante ese tiempo estuvo preso condenado a un homicidio.

 Pacheco tenía cuarenta años aproximadamente y vivió en la zona del barrio Belgrano. Es decir, el occiso era vecino del médico y su familia.

Al cierre de la edición la Justicia procedía a hacer entrega del cuerpo de Pacheco a sus familiares para ser inhumado.

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