Por Clarín.- En un partido emotivo, de ida y vuelta, en el que San Lorenzo mostró problemas defensivos que supo corregir con una buena postura de ataque en la segunda parte, el equipo de Pablo Guede empató 2-2 frente a Patronato en Paraná y se quedó con gusto a poco en el arranque del campeonato.
Fernando Telechea, en el comienzo del partido y Fernando De la Fuente, en el arranque de la segunda parte, pusieron dos veces en ventaja al conjunto de Forestello; el Pipi Romagnoli, con un tiro libre genial, y Néstor Ortigoza, de penal, empataron para el "ciclón", que el miércoles jugará un partido vital ante Boca, por la Supercopa Argentina.
El derechazo de Leandro Romagnoli fue perfecto. Con la rosca exacta viajó hacia el ángulo superior izquierdo de Sebastián Bértoli, lo rozó y fue a parar al fondo de la red. El Pipi, con su talento intacto, desactivaba la bomba y le daba tranquilidad a San Lorenzo justo antes de ir al vestuario en el final del primer tiempo.
Hasta ese momento. Hasta que Romagnoli frotó la lámpara, el equipo de Pablo Guede no le encontraba la vuelta al partido en Paraná. Estaba incómodo, abusaba de pelotazos sin destino y solo Kalinski en alguna trepada logró romper la estructura defensiva de Patronato.
El equipo local empezó a construir un buen primer tiempo a partir del gol que lo puso en ventaja. Córner desde la derecha y definición precisa de Fernando Telechea para clavar el 1-0 a los 11 minutos de juego.
El tanto del Pipi le daba la chance a San Lorenzo de barajar y dar de nuevo en la segunda mitad. Pero, todo lo contrario: otra vez entró dormido, otra vez retrocedió mal cuando le cortaron un avance y otra vez Patronato lo golpeó enseguida. A los 2 minutos, Fernando De la Fuente coronó por derecha un contra exacta y puso el 2-1.
El "ciclón" siempre corriendo de atrás, en todo sentido. En el resultado y en el juego.
El ingreso de Fernando Belluschi le cambió la cara. Y empezó a parecer más a lo que pregona Guede desde el discurso. Salió un defensor (Pedro Franco) y el Ciclón empezó a soltarse. El socio ideal para Belluschi fue el Pocho Cerutti, una flecha por derecha. Al exEstudiantes le hicieron el penal que Ortigoza, siempre impecable desde los doce pasos, transformó en el 2-2.
Era la otra cara de San Lorenzo. Mucho más ofensivo, con tenencia de pelota y salida rápida por los costados. Para acentuar esa buena intención entró Blandi por Romagnoli. Sobre el final, todo fue del equipo de Guede, que deberá corregir muchas cosas de mitad hacia atrás y potenciar su juego ofensivo, como la gran marca que identifica al entrenador.
