Lutero, el perrito que generó emoción en la pantalla chica. Al escuchar la voz de sus dueños, avanzó con seguridad por el agua y, al llegar a la otra orilla, tiró la cantidad de bolos suficientes para ganarse una moto.
Pero él, lo único que quería era refugiarse en los brazos de sus "papis", quienes emocionados le ofrecieron millones de caricias.