A una semana de que se haya producido la recaptura de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci —los tres condenados por los crímenes de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina— se conoció que tenían como destino la provincia de Santiago del Estero, para luego pasar a Chaco y así salir del país.
Pero en el camino, los evadidos, se perdieron y cada vez que pretendían salir hacia la ruta, se encontraban con controles que eran llevados a cabo por la Policía y Gendarmería Nacional. En sus mochilas cargaban mapas de la República Argentina, con rutas marcadas, que derivaban en nuestra provincia y posteriormente, Chaco. Ambas estaban marcadas con lapicera.
Los hermanos Lanatta y Schillaci, abandonaron el penal de General Alvear, el 31 de diciembre pasado. Viajaron hasta la ciudad de San Carlos, Santa Fe, donde usaron un teléfono celular con un chip de Personal. Después de recorrer 460 kilómetros habían llegado al lugar que les consiguió un contacto local con quien tenían una larga amistad.
A ese lugar les dispararon a dos policías, en Ranchos. Siete horas más tarde, uno de los dos celulares que tenían desde la fuga del penal de General Alvear, se activó en Florencio Varela. A las 11.30, en Ranelagh y a las 11.44, en Berazategui.
El nuevo plan de huida con una Renault Kangoo —propiedad de Elvira Martínez, ex suegra de Schillaci— hacia Santa Fe estaba en marcha, luego de que se detectara que volvieron a usar ese celular a las 19.07, en la ciudad de Buenos Aires.
Los evadidos contaban con un mapa y un GPS, que posteriormente la Policía de Santa Fe encontró en la camioneta Amarok con la que volcaron en Campo del Medio hacen presumir que huían hacia el Norte. El mapa rutero de la Argentina, que fue hallado en la guantera, tenía marcas hechas con birome azul en Ranchos, San Carlos, Ceres (al norte de Santa Fe), Santiago del Estero y Chaco.
Los hermanos Lanatta y Schillaci, tenían conocimiento de cómo llegar hasta las provincias marcadas en los mapas; pero en medio de la adrenalina por el escape y persecución policial, perdieron su camino y no pudieron retomarlo.
Recorrieron varias rutas, pero siempre se encontraban con personal policial y efectivos de Gendarmería, por lo que terminaban internados en zonas montuosas.
Los evadidos tenían planeado llegar hasta Santiago del Estero, para luego recorrer una ruta con menor presencia de uniformados, hasta la provincia de Chaco y así poder salir del país. Tenían dinero, comida y fármacos, por lo que podían sobrevivir varios días.
Según se conoció, en la cárcel todos conocían sobre el plan de fuga
Con los hermanos Lanatta y Schillaci detenidos nuevamente, los investigadores avanzan en las averiguaciones y conocieron en las últimas horas, que tanto autoridades del penal de General Alvear como internos de los penales de Sierra Chica y Batán, conocían que los condenados por el triple crimen de General Rodríguez, tenían planeado escapar.
Los internos indicaron que sospechaban de la fuga masiva, a partir de que se bajara considerablemente la cantidad de custodios que tenían los Lanatta y Schillaci, quienes habían sido alojados en el recinto de Sanidad del penal.
Los condenados tenían algunos beneficios dentro de la unidad penal. Contaban con celulares de alta gama y estaban en permanente contacto con familiares y allegados a través de Whatssapp. Los tres sicarios, habían intentado huir del penal de Sierra Chica, donde habían comprado a una gran parte de empleados del Servicio Penitenciario. Pero la fuga se frustró, porque no quisieron pagar lo que se les pedía.
Con el rumor de fuga latente, internos de otras cárceles pidieron traslado al penal de General Alvear, para estar con los sicarios.
Qué hicieron durante siete días los prófugos
Los investigadores y la Justicia Federal tratan de determinar qué hicieron los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, durante los primeros siete días que estuvieron prófugos; con quiénes se comunicaron y con qué medios contaron en su estadía en una zona rural de la provincia de Santa Fe.
Los efectivos de Gendarmería Nacional, incautaron en una camioneta Renault Kangoo, dos celulares, uno estaba sin batería y el otro no fue usado durante días. Los aparatos eran de los prófugos. Para los investigadores, los evadidos y recapturados estuvieron ocultos en la casa de algún allegado, quien lo habría proveído de fármacos, dinero y un teléfono, para que se comunicaran con sus familiares.
Otra de las teorías que maneja la Policía, es que los hermanos Lanatta y Schillaci estuvieron ocultos en una zona montuosa, donde los investigadores no tuvieron alcance. Con el paso de los días, al verse acorralados, decidieron moverse con el fin de abandonar el país y fueron atrapados.
