La ingeniera Isabel Brandán, directora general de Control y Fiscalización Ambiental, de la Subsecretaría de Medio Ambiente de la Provincia, remarcó que la problemática sobre arbolado urbano, “si bien podemos decir que es una competencia de organismos gubernamentales, también es una responsabilidad a escala individual”.
Por lo que se podría hablar mucho sobre beneficios, bondades, perjuicios, daños del arbolado público, ordenanzas y decretos, pero consideró como válida la posibilidad de “crear el Consejo del Arbolado de la provincia, donde participen organismos provinciales, universidades, investigadores, profesionales independientes, ONG, vecinos y municipios”. Un espacio en “donde se discutan estos temas, que deben ser de carácter urgente”, porque “nadie puede dudar que la calidad ambiental de las ciudades depende en gran parte de la frondosidad de sus parques, plazas y calles; los árboles animan nuestros sentidos, nos protegen de los rayos solares, embellecen el espacio. Su condición de pulmón de la naturaleza en el área urbana, acentúa su importancia capital. El crecimiento de las ciudades implica establecer pautas de ordenación urbana, incluido el árbol”, añadió.
Dijo que “el arbolado es un servicio público más como la electricidad, gas, telefonía y por lo tanto deben tener el mismo tratamiento o mejor, no es simplemente plantar un árbol y ya está. Es recuperar y establecer la cultura del árbol urbano”.
Árboles recomendados para plantar en las veredas
“No existe un árbol ideal para la vereda, todos tienen sus ventajas y desventajas. Si se intenta elegir aquellos árboles que cumplan con todas las características nombradas es imposible lograrlo. Para cada situación en particular habrá que evaluar qué inconvenientes nos ocasionan menores molestias o podemos manejarlas para lograr disminuirlas”, dijo Brandán.
Para veredas de menos de 2,50 m, las sugeridas son: Cassia fístula, lluvia de oro; Citrus aurantium, naranjo amargo; Lagerstroemia indica, crespón; Ligustrum lucidum, ligustro; Senna spectabilis, carnaval; Thevetia peruviana, tevetia; Para veredas de más de 2,50 m: Bauhinia forficata subsp. pruinosa, pezuña de vaca; Brachychiton populneum, braquiquito; Fraxinus pennsylvanica, fresno americano; Jacarandá mimosifolia; Melia azedarach, paraíso; Morus alba (pie con flores estaminadas), mora híbrida; Sapindus saponaria, palo jabón; Tabebuia impetiginosa, lapacho rosado. Para veredas de más de 3,50 m: Chivato.
Las no sugeridas: Broussonetia papyrifera, mora turca (raíz); Casuarina cunninghamiana, casuarina (molesta a los 20 años); Ceiba chodatii, palo borracho de flores amarillas (porte y aguijones); Eucalyptus; Ficus sp., gomero (porte y raíz); Grevillea robusta, grevilea (molesta a los 20 años); Morus alba (pie con flores pistiladas), mora; Populus alba, álamo plateado; Populus sp., álamo (raíz); Salix sp., sauce (raíz) y Ulmus pumila, olmo (raíz).
