En el denominado “límite tripartito”, que comprende Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca, las autoridades del Senasa, Ministerio de la Producción, INTA, municipales y los productores trabajan arduamente para tratar de controlar las langostas que “invadieron” la zona. El ingeniero Guillermo Brim, de Agricultura de la Provincia, comentó a Nuevo Diario que estas langostas, que nacieron en los campos de Guasayán y Choya, se encuentran en la etapa juvenil, que es “el peor estado, ya que están voraces de alimentos y consumen todo lo que encuentran a su paso”. Aunque puntualizó que también es la mejor oportunidad para luchar contra ellas, ya que no vuelan, sólo saltan y caminan, por lo tanto no se pueden trasladar a grandes distancias.
Ante esta situación, Brim comentó que si bien ya entregaron a las comisiones zonales de lucha —tanto de Frías como de Guasayán— una máquina turbo sopladora, que son pulverizadoras con agroquímicos para controlar las langostas, en los próximos días se estará enviando dos más, en un esfuerzo que hace el Gobierno de la Provincia, a través del Ministerio de la Producción.
A la vez señaló que ya se detectaron algunos daños en sembrados de soja y pasturas en el límite con Catamarca, aunque no reviste gravedad. Por eso puntualizó que es obligación de los vecinos y productores denunciar cuando detecten la presencia de langostas, especialmente en el Senasa, o bien en la Sociedad Rural de Frías o ante los agentes de Desarrollo Regional, ya sea de Guasayán o de la “Ciudad de la Amistad”. Finalmente dijo que todos están comprometidos en esta lucha para evitar mayores problemas.
Brindan asistencia a los productores
El ingeniero Guillermo Brim, de Agricultura de la Provincia, comentó a Nuevo Diario que desde el Ministerio de la Producción, como también desde los demás organismos que trabajan en esta lucha contra las langostas, colaboran con los productores y vecinos en lo que son los agroquímicos y demás elementos para tratar de controlar estos insectos.
A la vez puntualizó que se intensificaron los monitoreos en la totalidad de la zona con el fin de minimizar los riesgos de formación de nuevas mangas.
Por el momento no hay una presencia significativa de estos insectos, por lo tanto aún no se las considera como “mangas”.
