No sabemos mucho sobre esta historia, pero la imagen habla por sí misma. Un hombre abraza con fuerza y en medio del llanto a su amado hijo, integrante de Gendarmería.
Este señor pensaba que su hijo viajaba en el ómnibus que desbarrancó (recordemos que eran 3 colectivos los que viajaban rumbo a Jujuy), pero el destino quiso que su muchacho no fuera en el vehículo siniestrado.
No es para menos: Un abrazo eterno y lágrimas de felicidad mezcladas con dolor por los compañeros fallecidos en cumplimiento del deber.