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El País

Un gen escondido, una madre y 11 hijos: el asombroso método para encontrar al asesino de Lola Chomnalez

Tras el crimen, la familia de la víctima recorrió los medios y sus pedidos de justicia resonaron en todo el país.

El 27 de diciembre de 2014, Lola Chomnalez viajó a Barra de Valizas, en Uruguay, para pasar las vacaciones de verano en la casa de su madrina, Claudia Fernández. Al día siguiente, fueron a la playa y ella decidió salir a caminar sola, pero nunca volvió.

Dos días más tarde, la adolescente argentina de 14 años fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos. La habían asfixiado, golpeado y apuñalado con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.

Este miércoles por la tarde, la justicia uruguaya condenó a Leonardo David Sena (39) a 27 años y seis meses de prisión por el femicidio de Lola. A pesar de haber sostenido su inocencia hasta el final, un innovador método de investigación -iniciado por la genetista Natalia Sandberg- reveló la prueba clave para inculparlo: un cotejo de ADN que dio positivo respecto de su sangre y la hallada en la escena del crimen.

 

Un método sin precedentes

La sospecha por Sena comenzó desde el inicio. Durante las pericias de la escena de crimen, su ADN no solo fue hallado en las inmediaciones, sino que también estaba “mezclado” con el de Lola Chomnalez. En aquel entonces, su declaración se basaba en que, antes de encontrar la mochila de la adolescente y sus pertenencias, se había cortado con una botella de vidrio mientras trabajaba.

A pesar de ello, fue detenido en mayo de 2022 en Chuy, una ciudad en el límite de Uruguay con Brasil, y se reveló que ya contaba con antecedentes penales y que había sido acusado de violación en el 2009.

Mientras tanto, el caso del femicidio de Lola recorría los medios y el pedido de justicia de sus familiares resonaba con fuerza. En ese momento, Natalia Sandberg, médica genetista y directora del laboratorio de Registro Nacional de Huellas Genéticas de la Dirección Nacional de Policía Científica (DNPC) de Uruguay, se “conmovió” con el dolor de aquella familia y se dedicó al caso a tiempo completo.

Hace seis meses, Sandberg comenzó a idear un método sin precedentes: el primer paso fue llevar a cabo una serie de técnicas para “desafiar” las configuraciones del software otorgado por el FBI para cotejar el ADN de los criminales registrados, cuyo objetivo inicial nunca fue realizar búsquedas de familiaridad.

En este sentido, la idea era seguir la ascendencia del material genético encontrado en la escena y “mezclarlo” con los datos registrados en el Ministerio del Interior para buscar a un familiar y luego realizar las pruebas correspondientes para comprobar si había coincidencias.

Tras un arduo trabajo de investigación junto a la Policía, se llegó a dos personas que se encontraban encarceladas y que tenían un ADN similar al encontrado en la mochila. Asimismo, se trabajó sobre la “patrilínea” -los ascendentes de la parte paterna- de uno de ellos. Pese a las expectativas, esa línea se estancó.

 

Una coincidencia del 99,9%

Hace una semana, según declaró el juez del caso Juan Giménez, se decidió investigar la parte materna de la segunda persona. Durante la pesquisa, se descubrió que su madre tenía once hijos de los cuales tres estaban detenidos, los cuales fueron descartados porque ya contaban con su registro genético en los archivos del Ministerio del Interior.

Sin embargo, gracias al innovador método de Sandberg, los investigadores apuntaron a otro de los hijos que había sido dado en adopción a los 18 días de nacimiento y que estaba registrado con otra identidad.

La mujer fue contactada por la Policía Científica y accedió a aportar una muestra de sangre de manera voluntaria, cuyo cotejo de ADN dio positivo con el que se encontró en las pertenencias de Lola.

Finalmente, a pesar de que al principio el acusado se negó a dar una muestra de ADN, los investigadores lo extrajeron de la ropa y el cepillo de dientes que secuestraron de su departamento durante un allanamiento. Se lo “entrecruzó” con el de su presunta madre y las coincidencias fueron del 99,9%. El juez Giménez afirmó que dicho resultado sólo podría indicar la confirmación de la persona propietaria del ADN.

“Pasamos como equipo de trabajo un montón de frustraciones. Pero nunca bajamos los brazos, y mi sueño siempre va a ser mirar a los padres a la cara y decirles que lo dejamos todo”, expresó Sandberg en una conferencia de prensa.

Sobre su innovación en el método de investigación para atrapar al acusado, la médica recordó: “Cuando me surgió esta idea, la comenté con colegas que tenía en otras partes del mundo y me apoyaron. Para ellos tampoco tenía precedentes. Me apoyaron y me dieron la confianza científica para poder hacer estos hallazgos”, concluyó.

Después de casi 10 años del crimen, Leonardo David Sena fue declarado culpable y deberá pasar 27 años y seis meses en la cárcel. El abogado de la familia, Jorge Barrera, anunció la noticia a través de sus redes sociales y destacó sobre los padres de Lola: “Hoy pueden dormir con menos dolor”.

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