El papa Francisco recibió esta tarde a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el Vaticano. La referente de Derechos Humanos viajó a Italia para recibir un doctorado en la Universidad de Estudios Roma Tre.
En diálogo con la prensa, de Carlotto expresó, luego del encuentro con el Sumo Pontífice: "Lo veo como un hermano menor (al Papa) porque creo que es una persona realmente única".
Tras recibir el doctorado, también remarcó el trabajo "por la paz en el mundo" que realiza el Papa.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo además destacó que Francisco "es una persona ejemplar" y recordó el 13 de marzo de 2013, cuando fue elegido como Sumo Pontífice. "'Yo dije ¡qué barbaridad", reconoció, porque en Argentina señalaban que era "muy parco". Aunque su perspectiva cambió luego de que "una amiga le dijera que era buenísimo".
Respecto a su rol al frente de la Iglesia Católica, consideró: "Está haciendo lo que debe hacer un papa, que es pedir por la paz para el mundo", manifestó.
Estela de Carlotto recibió un doctorado en la Universidad Roma Tre
La Universidad Roma Tre le otorgó a la dirigente del movimiento de Derechos Humanos el doctorado cum laude en Lengua y Literatura por la utilización que las Abuelas de Plaza de Mayo hicieron del arte para amplificar la búsqueda de los nietos apropiados y desaparecidos durante la última dictadura cívico militar en Argentina entre 1976 y 1983.
En su premiación en Roma, Carlotto advirtió sobre contexto actual que vive la Argentina y remarcó que "algunas de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia están en peligro".
Vinculó esta situación a "los discursos de odio y negacionismo, en muchos casos pronunciados por integrantes del gobierno de turno".
En esa línea, señaló que el Gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel "intenta deslegitimar nuestra lucha y la de todos los argentinos, por la memoria y la democracia".
"El único camino es la lucha colectiva con amor y perseverancia", afirmó, y aseguró que Abuelas continuará en la búsqueda de "unas 300 personas que viven con su identidad vulnerada".
También destacó que en parte por ese esfuerzo que dieron junto a todo el movimiento de Derechos Humanos, en Argentina "se anularon las leyes de obediencia debida y punto final, comenzaron los juicios a los genocidas y sus cómplices, y cada lugar de encierro, de tortura y de muerte se convirtió en un espacio de memoria".
